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Campos de conocimiento

Campos de conocimiento

El plan de estudios actual ofrece seis campos de conocimiento. El alumnado de Maestría comparte la formación propedéutica y un tronco común. A partir del segundo semestre se inicia una concentración en sus respectivos campos, cada uno se amplía y se consolida en el tercero y cuarto semestre, en los cuales cada persona alumna se concentra en la redacción y culminación del trabajo para la obtención del grado.

Los campos de conocimiento son:

Filosofía de la Ciencia
Filosofía de las Ciencias Cognitivas
Filosofía de las Matemáticas y Lógica de la Ciencia
Historia de la Ciencia
Estudios Filosóficos y Sociales sobre Ciencia y Tecnología
Comunicación de la Ciencia

Estos seis campos sirven para delimitar los tipos de enfoque y metodología hacia las que se orientará la formación del alumnado. No están concebidos como escaños totalmente separados, sino como polos de orientación que esclarezcan el tipo de trabajo, disciplina y enfoque hacia el que se perfilarán las personas alumnas, sin que ello excluya que su formación se complemente con actividades académicas de los otros campos. En el nivel maestría esto adopta la forma de trayectorias de cursos y seminarios optativos orientados hacia cada campo; en el doctorado, esto se refleja en la forma de un proyecto de investigación doctoral que pertenezca, por temática y metodología, a uno de los seis campos. Pero en todos los campos el eje compartido es el de la comprensión filosófica de la ciencia y la tecnología.

Filosofía de la Ciencia

Se estudian las temáticas tradicionales de esta disciplina, especialmente en los problemas epistemológicos de la ciencia y de la tecnología, ya sea bajo una perspectiva histórica o bajo una contemporánea. También incluye los estudios filosóficos más especializados de filosofía de las ciencias particulares, ya sean las naturales (física, biología, química, etcétera), ya sean las ciencias sociales (antropología, sociología, economía, psicología, ciencias políticas, etc.).

La filosofía de la ciencia constituye un campo de investigación relativamente joven y en constante expansión, un campo cuya fecundidad y relevancia responden a la naturaleza misma de su objeto de estudio. La reflexión crítica sobre la ciencia, así como una adecuada valoración de su impacto social y ambiental, exigen considerar el fenómeno científico en toda su complejidad, analizando sus diversas dimensiones y contextos.

Durante la primera mitad del siglo XX, los y las filósofas clásicas de la ciencia se enfocaron en los productos o resultados científicos, concentrando el análisis en cuestiones que atañen a las hipótesis y teorías que constituyen “conocimiento”: los métodos de prueba, los estándares de evaluación, la relación entre teoría y experiencia, la estructura lógica de las leyes y teorías, los modelos de explicación y predicción, la naturaleza del lenguaje de la ciencia, etc.

Este conjunto de cuestiones, que caen bajo el “contexto de justificación”, nos remite a las dimensiones lógica, metodológica, epistemológica, ontológica y semántica de la ciencia, dimensiones que además de constituir el núcleo duro del análisis filosófico, desembocan en problemas de calado profundo como, por ejemplo, el problema de la racionalidad científica o el problema de la relación entre nuestro conocimiento y el mundo.

En los años sesenta, la filosofía de la ciencia amplía su horizonte de reflexión al considerar el proceso de producción de conocimiento en sus diversos aspectos. Este interés por los modos de hacer ciencia –por la actividad científica- surge con el reconocimiento de los cambios profundos que han marcado su desarrollo histórico, no sólo en el nivel de las teorías sino también en el de los métodos y los objetivos de la investigación.

De aquí que la tarea de construir modelos de la dinámica científica haya adquirido un lugar central. Desde luego, a esta ampliación de la agenda filosófica contribuyeron tanto la consolidación de los estudios historiográficos como el desarrollo de otros estudios empíricos sobre la ciencia (sociológicos, psicológicos, antropológicos, evolutivos), con lo cual se abrió el camino hacia la “naturalización” de la filosofía de la ciencia.

Finalmente, la creciente vinculación entre ciencia y tecnología, además de estar generando un nuevo modo de investigar, ha permitido destacar el papel que cumplen los procesos de comunicación no sólo en el desarrollo mismo del conocimiento, sino también en la conformación del tipo de sociedad en que vivimos. Paralelamente, el impacto de largo y variado alcance de las aplicaciones tecno-científicas nos ha obligado a repensar la dimensión axiológica de esta actividad, sobre todo en su sentido moral y político, así como a rastrear en el tipo de valores que promueve en la esfera pública.

En suma, el universo en expansión de la filosofía de la ciencia, junto con la batería de herramientas conceptuales que en él se han ido forjando, hacen de este campo de investigación una plataforma muy adecuada para abordar las diversas facetas de “esa cosa llamada ciencia”. De aquí que la filosofía de la ciencia, además de columna vertebral de este posgrado, constituya ella misma una línea de especialización.

Filosofía de las Ciencias Cognitivas

Este campo se orienta hacia los estudios filosóficos e interdisciplinarios (lingüísticos, sociológicos, psicológicos, biológicos, fisiológicos y cibernéticos) vinculados con la cognición.

Las ciencia cognitiva es el estudio de la cognición de manera integrada a través de disciplinas teóricas y empíricas, como lo son: Filosofía, Psicología, Lingüística, Antropología, Neurociencias y Ciencias de la Computación.

En la filosofía de la ciencia las cuestiones sobre el conocimiento y el descubrimiento científico han constituido un objeto de estudio sustantivo de investigación teórica, pero han también servido como base para modelos computacionales de comportamiento humano.

Uno de los ejemplos relevantes en esta área son los estudios en el campo de aprendizaje por computadora, mismo que cuestiona la afirmación Popperiana de que la inducción es un mito, ya que actualmente existen programas computacionales capaces de llevar a cabo razonamientos inductivos de manera exitosa.

La abducción también ha sido ampliamente estudiada como una forma de razonamiento explicativo, y nuevas formas de representación computacional y procesos se han desarrollado para modelar esta inferencia, tan característica del razonamiento científico.

Otro campo de estudio por excelencia dentro de esta disciplina concierne a la filosofía de la mente, misma que desde este enfoque, se ha beneficiado de contactos con la computación. Durante los años cincuenta, emergieron teorías de la mente representacionales basadas en la analogía de que la mente es una computadora (Turing, Fodor). Esta idea ha servido de puente entre la filosofía de la mente y la inteligencia artificial, la primera proporciona el análisis conceptual y la segunda las herramientas para representar y manipular el conocimiento.

Todo esto apunta a que el enfoque lógico y formal a la Filosofía de la Ciencia ha revivido con un nuevo conjunto de herramientas. Asimismo, el alcance del análisis lógico se ha extendido de manera tal que ahora incluye cuestiones de descubrimiento, aunque hoy en día esto está confinado al descubrimiento en el contexto de ciencia normal.

Esta línea terminal tiene por objetivo que las y los estudiantes adquieran las bases filosóficas para analizar conceptos y problemas de la filosofía de la ciencia desde el enfoque integrado que ofrecen las ciencias cognitivas.

Filosofía de las Matemáticas y Lógica de la Ciencia

Este campo se centra en las temáticas filosóficas tradicionales de las ciencias formales (matemáticas y lógica), bajo perspectivas históricas o contemporáneas. También aborda problemas lógicos que surgen de las ciencias empíricas.

Pese a ocupar un lugar sui generis dentro de la ciencia, la matemática (y las ciencias formales en general) comparten muchos problemas filosóficos con el resto de las ciencias. Aun más, muchos de los problemas fundamentales de filosofía de la ciencia – no solo ontológicos, metafísicos o epistemológicos, sino también éticos, políticos, historiográficos, etc. – adquieren un nuevo carácter y resaltan muchas de sus aristas al aplicarse al caso de la matemática.

Además de los problemas fundacionales clásicos – la existencia de los objetos matemáticos, los fundamentos del conocimiento matemático, el significado de su lenguaje, etc. –, el amplio campo de la filosofía de las matemáticas contemporánea incluye temas como la aplicabilidad, la naturaleza de las representaciones formales, el procesamiento cognitivo de conceptos matemáticos, su desarrollo histórico, etc. En esta línea terminal, buscamos introducir a los y las estudiantes a este complejo y fascinante campo de problemas filosóficos.

Además de ser objeto de estudio de la filosofía de la ciencia, las disciplinas formales también la han proveído de poderosas y sofisticadas herramientas de análisis y modelado.

Resulta indispensable, por lo tanto, que los y las filósofas de la ciencia sea capaces de usar e interpretar el uso de las herramientas formales en el estudio de la ciencia. Después de todo, muchos fenómenos cognitivos involucrados en el quehacer científico son inferenciales y el estudio de dichos fenómenos ha sido el campo de estudio de la lógica desde el inicio de su historia.

La ciencia es campo de estudio natural para el análisis lógico. Uno de los objetivos principales de esta línea terminal, en consecuencia, es que las y los estudiantes adquieran las herramientas y habilidades necesarias para construir, interpretar y criticar los estudios lógicos y formales de la ciencia.

Historia de la Ciencia

En este campo se estudian los saberes que las distintas metodologías historiográficas generan sobre el conocimiento y las prácticas científicas tanto en sus particiones disciplinares (historias de cada ciencia particular), como en sus particiones temporales (La Revolución Científica, La Ilustración, etc.) y geográficas (historia de la ciencia en México, en China, etc.)

Por diversas razones la historia de la ciencia es un área central para las humanidades contemporáneas. Por un lado es un eje central de los estudios de la ciencia y la tecnología, ya que aporta, junto con la sociología de la ciencia, la mayor parte de los estudios empíricos sobre los que es posible basar la reflexión y el análisis adecuado de las ciencias y la tecnología.

La relación de la historia de la ciencia y la filosofía de la ciencia ha sido tradicionalmente una de competencia y fecundación mutua (se hablado de “matrimonio forzado”, pero también de “amor loco”), y el panorama hoy en día se ha ampliado para incluir a muchos otros estudios sobre la ciencia y la tecnología.

Por otro lado la historia de la ciencia aporta uno de los vínculos más fructíferos entre los ámbitos de la ciencias y las humanidades, al estar firmemente anclada en ambos. En sus tradiciones metodológicas y escriturales la historia incorpora el núcleo del pensamiento humanista occidental, mas cuando debe investigar el fenómeno científico en todas sus dimensiones se ve obligada a hacer espacio para los modos de entender y proceder de las ciencias y la tecnología. Eso hace de la práctica de la historia de la ciencia una actividad intelectual intensa, diversa y sumamente satisfactoria; además de útil.

Los años recientes atestiguaron un desarrollo dramático de los estudios en esta área, y nuestras imágenes de las ciencias y la tecnología se han visto enriquecidas y robustecidas con ello. Ya no es posible entender el fenómeno tecnocientífico sin ubicarlo en sus dimensiones históricas y geográficas. La historia de la ciencia ya no es sólo la historia de las grandes personalidades y las grandes teorías; hoy se ha vuelto ineludible entender la historia de las ciencias y la tecnología en las diversidad de situaciones y contextos que de hecho se han dado y dan. La historia de la ciencia en México y en la región Iberoamericana ha crecido por tanto en importancia y en urgencia.

Estudios Filosóficos y Sociales sobre Ciencia y Tecnología

Se centra en la reflexión filosófica (epistemológica, ética, estética, política, etc.) e interdisciplinaria (con el concurso de la sociología, la economía, la antropología, etc.) sobre los problemas que surgen del desarrollo y del impacto social y ambiental de la ciencia y la tecnología, así como en el análisis del tipo de respuestas sociales que pueden generarse para una mejor comprensión y encauzamiento de la ciencia y de la tecnología. Se abordan asimismo los problemas del diseño y evaluación de políticas de ciencia y tecnología.

La ciencia y la tecnología se han vuelto determinantes del desarrollo económico y cultural de las sociedades actuales, y de ellas depende en forma creciente el bienestar de un país y de sus ciudadanos.

Hoy más que nunca la ciencia y la tecnología están produciendo impactos positivos y negativos en la sociedad y en el ambiente, al tiempo que constituyen uno de los principales recursos para la solución de problemas. A la vez, para su desarrollo dependen de que las sociedades inviertan en ellas sumas considerables de fondos públicos y privados.

Estos procesos han dado lugar a un modelo de sociedad que ha venido imponiéndose en las últimas décadas: la llamada “sociedad del conocimiento”, donde la generación de riqueza estaría principalmente basada en el control y el desarrollo de nuevas formas de producción y aprovechamiento del conocimiento.

Uno de los principios rectores de la sociedad del conocimiento es que la ciencia y la tecnología son indispensables para lograr las condiciones materiales, ambientales, sociales y culturales, necesarias para garantizar el bienestar, una vida digna y una organización social justa para las presentes y futuras generaciones. Pero el fortalecimiento y el desarrollo de la ciencia y la tecnología por sí solos no son suficientes, es necesario articular estos sistemas con el resto de la sociedad con el fin de que puedan atenderse los problemas tal y como son percibidos y definidos por los afectados, y de manera que las soluciones sean aceptables para ellos, y no a partir de determinaciones que se hagan parcialmente y al margen de los interesados.

El propósito de esta línea de especialización es la formación de expertas y expertos capaces de ofrecer a los diferentes sectores sociales —las agencias del Estado, las empresas, los propios científicos y tecnólogos, y el ciudadano en general—, una visión integral de la ciencia y de la tecnología que permita su mejor comprensión, evaluación y aprovechamiento. Para ello contarán con sólidos conocimientos filosóficos y científico-sociales sobre los procesos cognitivos y epistemológicos de la ciencia y la tecnología, sobre su estructura normativa y valorativa, sus aspectos lógicos, su desarrollo histórico, el diseño, gestión y evaluación de políticas científicas y tecnológicas, la problemática de su comunicación pública, así como sobre la adecuada formación de docencias y de instituciones capaces de educar a la nueva ciudadanía en una apropiada cultura científica y humanística.

Para lo anterior, los y las alumnas adquirirán el instrumental básico y actualizado de la filosofía, la historia y las ciencias sociales para comprender críticamente a la ciencia y la tecnología; sus condicionantes y sus implicaciones políticas, económicas, sociales, culturales, éticas y ambientales; para comprender y evaluar el papel de las instituciones de enseñanza y de investigación científica y tecnológica, de las instancias encargadas de promover la ciencia y la tecnología, así como para evaluar las políticas científicas y tecnológicas, su gestión y sus resultados.

Tendrán también la preparación para debatir sobre los problemas axiológicos del desarrollo científico y tecnológico y sus aplicaciones, en particular, sobre cuestiones éticas y sobre el papel de la ciencia y de la tecnología en la generación, evaluación y gestión del riesgo, así como para discutir sobre la necesidad de abrir la ciencia y la tecnología a la comprensión ciudadana, a la participación social, y a la discusión pública y constructiva de los valores que en ellas entran en juego.

Comunicación de la Ciencia

Este campo se especializa en los aspectos teóricos y prácticos vinculados a la comunicación de la ciencia dentro y fuera de las comunidades científicas, así como entre éstas y otras comunidades del resto de la sociedad. Entre otros temas, se aborda la teoría y la práctica de la divulgación de la ciencia y sus medios, la circulación social de la información científica y, en general, todo lo relativo a la presencia pública y cultural de la ciencia en todos los ámbitos. Se hace especial énfasis en la importancia de la comunicación de la ciencia en la conformación de las concepciones que diferentes sectores de la sociedad tienen en torno a la ciencia y la tecnología y, por consiguiente, en las formas en las que la sociedad puede aprovecharlas mejor y coadyuvar a encauzar su desarrollo y sus beneficios.